El mágico arte de nombrar
Diario El Popular. Olavarría, Domingo 3 de Agosto de 2008
Carlos Cúccaro
Cuando el acto de nombrar se vuelve mágico y bello estamos ante la verdadera
poesía. Al igual que en "Hidra y Sirena", el anterior trabajo de Carolina
Doartero, la gramática danza. "Fermento", su nuevo poemario, es un libro
hecho de territorios superpuestos (..."a una subida/ del péndulo/ a la
espalda / del paisaje"..), de imagenes que son comoademanes multicolores
siempre nuevos. Incorporando elementos objetivistas tomados del lado mas
lírico de la realidad, se crea -por ejemplo- un territorio donde se suena
con las tias de la infancia y al mismo tiempo con la pasion que lastima, y
otro territorio "Animal" donde se inventa una subyugante zoología que nos
hermana con los bordes de la especie... y así, en el centro de la mandala,
en el el fodo del pozodonde se refleja el cielo. la poeta -incesantemente-
nombra y danza. Nombra seres tiernos y terribles ("Me hablaba del Diablo/
mientras comía semillas de zapallo/ se ponía vestidos de su madre/ y
arqueaba el cuerpo/ jugando a la enamorada...), y danzaba pintando universos
en el no tiempo.
No es casual que desde el titulo comience a denotarse la idea de cosa
orgánica. Es un libro - ser vivo. Dotado de alma y vísceras. Cinco capitulos
conforman este transito: "Simbólico", "Onírico", "Animal", "Femenino" y
"Singular". Partiendo de los simbólico, lo onírico se convierte en la puerta
de entrada a lo animal, a lo femenino, a lo singular. Ese punto de
transición que es el sueño, mueve el sutil engranaje de un natural
"transcurrir hacia" e el que la autoría busca una coronación al final del
camino que no se aviene a definir, sino a través de lo inefable.
Por eso, tal vez, ese mundo surrealista de "casas de cuero alineadas como
enormes vasijas" donde "los sin piernas no tienen comida", "donde la linda
robó una pulsera", donde "el carrode los desventurados cierra la salida"
donde se sube la escalera en plena desnudez y corriendo, como una forma
extrema y total de estallar en el ser. Rumbo a un rincón íntimo lleno de
luna, después de contar los postes de teléfono como si fueran corcheas, y
después de todas "las curvas del camino".
En "Hidra y Sirena" había cierto juego de opuestos. En "Fermento", no. Hay,
mas bien, cierto aquietamiento surgido del asombro, verdadera forma del
hallazgo.
Se trata de textos que conscientemente apuntan a lo primordial y a lo vivo.
Cuandootros buscan el trabajo adorno del orfebre, A Carolina Doartero le
basta con el trazo fulgurante y dice: Gris/ crisálida/ plana/ y simétrica/
dual/ trémula/ mariposa." En igual sentido, cuando otros cortan las alas del
poema en aras de una sintesis que confunden con el silencio, ella no le teme
al vuelo casi elegiaco en el que se repotencian sus imagenes, y escribe:
"nutrite sola corazón/ mamá ahora está adentro/ (...) te hice pastel del
momento/ y flan de vainilla/ respirando te enlazas a los confites de
colores/ que comías en el cine/ podes hacer un collar (...)"
Sabe que su manera de fluir es ajena al artificio y busca la luz mas alla de
los sortilegios, con la naturalidad y la celebración de vida de los que
poseen el fuego creador.
Así tiene que ser, pienso, el arte verdadero: cultivador de un hedonismo
primordial, de una pureza hiriente que nos haga cuestionar todos los
elementos discursivos que creíamos inamovibles y completos.
Entonces, los territorios superpuestos de "Fermento", se conjugan en un
instante perfecto. Ese fermento vital, esa instancia donde la niña y el
mundo logran inventarse en propio cosmos, consigue -finalmente- nombrarse e
el misterio de la creación poética. Y cuando el poema logra llegar a ese
punto, estamos hablando de arte, de vida, de comunicación pura.